Se extienden,
Bailan entre la penumbra,
Quebrándose en la noche,
Lanzando sus gusanos a los vivos
Sus dedos ansían la calidez perdida.
Gimen,
Lloran,
Sin descanso,
Sin motivo
Porque todo muere,
Excepto aquello que ya está muerto
Y aún camina.
Se extienden,
Bailan entre la penumbra,
Quebrándose en la noche,
Lanzando sus gusanos a los vivos
Sus dedos ansían la calidez perdida.
Gimen,
Lloran,
Sin descanso,
Sin motivo
Porque todo muere,
Excepto aquello que ya está muerto
Y aún camina.
A
causa de estas experiencias, un día decidió pintar el mundo más hermoso que
nunca antes había visto. Sin desesperarse, lo fue figurando a modo de mural en
su habitación. Primeramente, plasmó un firmamento como de nevados. De
secuencia, coloreó varios ciclones con nebulosas. Sobre lo estable fusionó
estos elementos etéreos. Y por último, creó una tierra rocosa, llena de
pirámides entre fulgores. Era única, la obra reflejada en la pared. Los matices
a él lo impresionaron. De hecho, cuando terminó la composición, se puso a
contemplarla por largo tiempo. Cada detalle ilustrativo lo imbuyó en unas
sensaciones inexplicables. Concibió ese espacio como sobrenatural. El
ordenamiento de las cosas lo puso a reflexionar hasta lo profundo. Por tal
motivo, creyó que allá estaba su perfección idolatrada. Quedó entonces
encandilado, se dejó abarcar por ese horizonte majestuoso. De una manera
distinta, fue percibiendo lo exterior. Pensaba que el mural se venía encima de
toda su realidad. Según su parecer, se creía entrando a esa nueva dimensión. De
un momento a otro, llegó a tocar las cosas que había fijado.
Rusvelt Nivia Castellanos
Artista de Colombia
EN BLANCO.
Café cerca del viejo puerto de Montreal. Foto: Citlali Cruz Cruz/IG: ola_montreal |
Tantas
veces he querido conocer las bibliotecas de las autoras y los autores en quienes tengo especial afecto; ¿qué libros leían?,
¿los subrayaban?, las anotaciones que ponían en las páginas, o si los dejaban
sin ningún rayón. Conocer la intimidad de sus libros, llegar a sus ideas e
imaginaciones.
Algunos
ya han revelado esos secretos, a través de personas que investigaron a los
autores que ya no tenemos en vida. Otros, como nuestros contemporáneos, lo
revelan a través de pláticas, entrevistas o charlas entre amigos. Esos libros
que les emocionan, libros que ellos no escribieron.
Incluso,
a través de esos libros se han inspirado a crear historias, personajes y
ambientes que pudieran relacionarse con la literatura que escriben. Una
historia interminable de inspiraciones y aspiraciones.
Los
escritores son lectores y se encuentran en esos ámbitos. Como lectora, me
siento cómoda leyendo imaginaciones de otros, pensando por mí pero a través de
otros. Reconstruyendo una voz que no es mi voz pero que puedo ponerle mi tono. Conociendo
sus pensamientos e ideas.
Incluso,
esos autores observaron otras áreas de conocimiento, para nutrir su historia.
Disfruto cuando un libro te invita a leer otro y otro y así una cadenita de
libros o revistas, lecturas diversas.
Las
bibliotecas son una intimidad que no todos los autores se animan a mostrar,
porqué ahí encuentras gustos, estados de ánimo, estudios que se llevan a cabo; en fin, secretos.
El
préstamo de libros también es una forma de entrar en la biblioteca del otro,
visto desde la parte en la que guarda esas huellas que el primer lector dejó.
¿Ustedes
han tenido la oportunidad de preguntarle a una escritora o escritor cuál es su
libro favorito?, ¿o tienen una lista de libros que pueden recomendar?
Si eres escritora o escritor, ¿tienes algunos?
¿Puedes
compartirlo con nosotros?
“Estoy leyendo seis
libros a la vez, la única manera de leer; ya que estarás de acuerdo conmigo en
que un solo libro es como una única y solitaria nota musical y que para tener
la melodía completa se necesitan diez
notas que suenen al mismo tiempo.”
Virginia Woolf.
EN BLANCO.
Autor: Anónimo. |
Algunas
personas afirman que los actos dicen más que las palabras, otras, que valen más
cuando van acompañadas de acciones, de cualquier forma, en esos dichos las
palabras pasan a segundo término.
Cuando
regalas un libro o alguna lectura en cualquier formato, estás pensando en
aquéllas palabras que pueden provocar emociones de felicidad, tranquilidad,
incluso de asombro. Pensemos en el momento de la entrega del libro, de
cualquier tamaño, tema, con una portada y textura asombrosa, o en formato
electrónico. Es un regalo valioso porque estás dando la oportunidad de que la
otra persona conozca lugares, palabras nuevas, personajes y a la persona que
escribió ese libro. Incluso, regalas la oportunidad de que te conozcan, porque eliges un libro de tu agrado o que te pareció
impactante al verlo y con ello un espejo de las palabras y gustos que en ti
habitan; compartes un sincero placer: la
lectura.
Cuando un lector descubre ese montoncito de palabras con significados intangibles,
puede convertirse en lo que sea, cuando es una lectura por elección el sentimiento
de placer es asombroso. Cuando te regalas un libro estás diciéndote y
demostrándote cuanto amor sientes por ti.
También
está el momento en el que recibes una lectura, un libro o una dedicatoria. El misterioso
transcurso del tiempo de la llegada del objeto mágico lleno de palabras que te
harán navegar en un mundo en donde ya no querrás salir. Puede ser el momento en
el que descubras a tu autor favorito, entonces lo llevas contigo a todas
partes, a la cama, a la oficina, al parque, a una cena, a una cita, se vuelve
tu confidente. Todo porque alguien pensó en ti al ver, leer o encontrar unas
palabras reunidas.
A
veces demostrar un sentimiento es complicado, entonces se escogen palabras que
ya están escritas y que sentiste algo al leerlas, y las regalas, porque es el
único lenguaje en el que puedes transmitir aquello que sientes. Pero debes ser
responsable al hacerlo. Las palabras pueden dar libertad pero también pueden
aprisionar, pueden dar amor o apego. Las
palabras que se regalan tienen un efecto importante en la persona que las
recibe, asegúrate de que no serán para causarle algún daño.
Puedes
regalar palabras todos los días, pero si aún no tienes un motivo, no te
preocupes, ya se acerca uno, elige algunas, del formato que quieras, para quien
tú quieras.
Y si lo llegas a hacer, compártelo con nosotros o si alguna vez lo han hecho contigo o lo has hecho con anterioridad.
“Allá, donde
terminan las fronteras, los caminos se borran. Donde empieza el silencio.
Avanzo lentamente y pueblo la noche de estrellas, de palabras, de la
respiración de un agua remota que me espera donde comienza el alba. […] Contra
el silencio y el bullicio invento la Palabra, libertad que se inventa y me
inventa cada día.”
Libertad bajo
palabra
Octavio Paz
EN BLANCO.
Estar confinados nos dejó tiempo para pensar en qué pasar el tiempo, o solo para no pensar tanto. Entre tanto y todo; estuve llenando el pequeño librero con montoncitos de libros que iba adquiriendo de distintos modos, escuchando palpitar el reloj porque cada segundo comenzó a valer el doble.
Tengo
un especial afecto a los libros de segunda mano, pasa que una no sabe lo que
puede encontrar. Por ejemplo, alguna una nota, un nombre, una fecha,
bienvenidas, despedidas, fotografías, tickets de camión, cartas, muchas cartas,
o un largo espacio en blanco con anonimato.
Pensar
en esos encuentros ha dado lugar a posibles historias en películas y otros
libros, además, publicaciones en Twitter buscando a las personas que tienen tal
dedicatoria.
La
primera vez que encontré algo fue en un libro pequeño, una biografía de Johann Sebastian Bach, un obsequio de
mamá, pero el libro no era de ella, venía en un paquete para regalar a varias
personas y ella eligió ese para mí. Encontré una fotografía con dedicatoria en
la parte trasera, la fotografía es de una niña de una edad de 3 años (solo
haciendo un aproximado) y las letras ininteligibles.
¿De
quién era el libro?, ¿quién era la niña?, ¿por qué llegó hasta aquí?
La
segunda ocasión ocurrió con Poemas de
otros de Mario Benedetti. Pasaron
algunos días para que llegara a mi habitación y cuando abrí el libro encontré
de las notas, la siguiente:
"Para cuando consigas un pedacito
de tiempo para leer; y leer lo que te gusta ¡poesía!
más allá de verte feliz de
empezar a conocerte."
El
arte de buscar libros para regalar y saber cuál es el adecuado para cada
persona es, en el fondo, emocionante. Esa emoción no puede compararse al buscar
y tocar con los dedos las páginas y ver quién elige a quién. Tuvimos que
adoptar el otro modo, en el que estuviéramos un poco más a salvo, a distancia,
imaginando el tamaño y la sensación de las hojas.
Pero
recurrir a estos lugares mágicos llenos de tesoros invaluables comenzó a
parecer una emergencia. No se estaban
quemando los libros como en Fahrenheit
451 de nuestro querido Ray Bradbury, pero
se sentía igual, ver cómo se comenzaron a cerrar librerías, a rematarlos y
olvidarlos en las calles. Aunque no hemos podido salvar a todos, lo seguimos
intentando.
Cada
libro lleva distintas historias entre sus páginas, descubrir sus secretos
depende de cada lector.
Querida lectora y querido lector, ésta vez, te invitamos a conversar de esos hallazgos entre manuscritos, solo si lo deseas, puedes compartirnos alguna fotografía o la historia de cómo sucedió el encuentro.
Podés querer el alba
cuando quieras
he conservado intacto
tu paisaje
podés querer el alba
cuando ames
venir a reclamarte
como eras
aunque ya no seas vos
aunque mi amor te espere
quemándose en tu azar
y tu sueño sea eso
y mucho más
Saberte aquí
Mario Benedetti
Número 1 Iguales Revista, septiembre 2020: https://drive.google.com/file/d/1E_vTmT5nZ46U1izxbYuhmcmbQPepZeLv/view Número 2: Halloween Navide...