martes, 20 de abril de 2021

LA LITERATURA Y YO.

LA LITERATURA Y YO.

20 de abril del 2021.

Por: lu cía animalurbana (IG: @animalurbana ; correo: animalurbana@gmail.com)

Evgeni Tcherkasski en Pixabay

Esta columna la tengo pendiente desde hace uno o dos meses. Entonces... bueno, podría prometerles de ahora en adelante un compromiso lineal pero ustedes y, en especial, yo, sabríamos que estoy mintiendo. -Digamos que cada dos semanas sabrán sobre la literatura y yo.

Primero quiero contarles que empecé mi propio proyecto literario. Lo comencé después de algunos "intentos fallidos" de colaborar en equipo en otros espacios. Pero no me malinterpreten, no odio trabajar en grupo. Solo que me cuesta un poco. Tengo ritmos particulares, no lineales, asimétricos. Mi proyecto parte de esas particularidades, neurodivergencia es una forma de nombrarlas. Me entusiasma tener mi propio espacio de difusión literaria. Viene comenzando pero me da ha dado tranquilidad y me ha ayudado a pensarme la literatura de formas que se acoplan mejor a mis vivencias. No solo en las lecturas, sino en los procesos y acciones. Retomar el compromiso (conmigo, con Iguales Revista, con ustedes) de esta columna es un ejemplo de eso.

Debo confesarles, hablaré más de mí que de literatura. -No me lo tomaría personal si dejan de leer en esta línea.

Si siguen leyendo déjenme decirles que aún si deseara hablar más sobre literatura siempre sería sobre mí, porque de la literatura solo puedo compartir lo que leo, interpreto, escribo, aprecio, escucho, imagino, etc. Espero que ahora entiendan mejor de qué voy.

Me gusta recordarme como si siempre me ha gustado la literatura. Sin duda lo ha hecho, pero más que contarles cómo me ha gustado quiero contarles como me ha acompañado. 

Los diálogos casuales me dan ansiedad. Nunca sé que sigue, no sé contestar más de lo que me preguntan, no sé si después me toca preguntar algo a mí. Me cuesta ser espontánea en esas dinámicas (No siempre soy así. No nos veamos como una sola cosa). Los diálogos de la literatura me han ayudado a saber de qué conversan las demás personas cuando lo hacen. La gente no conversa como en los diálogos de la literatura, lo sé, pero sobre lo que hablan es lo parecido. Entonces ahí es donde me conecto. Por ejemplo, hablar del clima es más que hablar del clima, es hablar de las sensaciones, del cuerpo, de la memoria, del contexto y así.

Ahora hablemos de la poesía. Y de mí. Yo no sé sentir tristeza, siento un abismo. O sea, soy intensa y qué mejor lugar que la poesía para exaltar las emociones. Para mí, la poesía es donde nos experimentamos desde los sentires, desde lo que no tiene nombre específico. La poesía es usar el lenguaje para convertirlo en otra cosa. La poesía suple las carencias de las propias palabras y de las ideas. Con poesía podemos decir eso que nos ronda por el cuerpo pero que podemos darle precisión con las palabras. La poesía es eso, precisa sin la pesadez del lenguaje. La poesía es quebrar las normas del lenguaje, las sepás o no, por eso la poesía siempre encuentra rehuir del academicismo. Así me acompaña la poesía. 

La literatura me acompaña atemporalmente. No siento presión por leer todo lo antes posible. No me interesa leerlo todo. La literatura de por sí suele ser atemporal y ahí es donde hay cabida para estas existencias como yo, que las relaciones espontáneas son difíciles o que las emociones del presentes son intensas. La literatura me permite escuchar y compartir al ritmo que puedo y quiero. Y por eso esta columna trata de la literatura y yo, porque no podría ser yo sin lo que la literatura me ha brindando y me ha permitido colaborarle.

Me despido con el entusiasmo de procurar contarles cómo y qué lecturas me acompañan. Espero hayan disfrutado algo de mi experiencia y nos vemos en más o menos dos semanas.

¡Lee nuestros números!

Número 1 Iguales Revista, septiembre 2020: https://drive.google.com/file/d/1E_vTmT5nZ46U1izxbYuhmcmbQPepZeLv/view Número 2: Halloween Navide...