POEMAS por Ivan Pozzoni. Italia.

BALADA DE LO INEXISTENTE Podría intentar decirte con el sonido de mi teclado cómo Baasima murió de lepra sin llegar nunca a la frontera o cómo el armenio Meroujan bajo un revoloteo de medias lunas sintió desvanecerse el aire de sus ojos arrojado a una fosa común; Charlee, que se mudó a Brisbane en busca de un mundo mejor, termina el viaje en la boca de un caimán, o Aurelio, llamado Bruna que, tras ocho meses en el hospital murió de sida contraído tras una pelea en una carretera de circunvalación. Nadie recordará a Yehoudith, sus labios rojo carmín, borrados por beber venenos tóxicos en un campo de exterminio, ni a Eerikki, con su barba roja, derrotado por la turbulencia de las olas, que duerme, arrasado por las orcas, en el fondo de algún mar; la cabeza de Sandrine, duquesa de Borgoña oyó el rumor de la fiesta al caer de la cuchilla de una guillotina...