EN BLANCO.
Autora: Ariana Itzamara Vilchis Sánchez |
De tantos
regalos que mi amorosa madre me ha dado, además de la vida, el de enseñarme a leer y a escribir,
ella es la culpable inmediata que me
guste escuchar, ver y contar historias, pues ella lo hacía conmigo desde que
tengo memoria. Han sido las herramientas que hasta ahora me han ayudado a
vivir. No podría imaginarme sin un libro o garabateando hojas. Me siento
afortunada que sea de esa manera. Pero como sabemos, esto no ocurría en sus
años, tampoco en años pasados, donde escribir y leer eran actos
revolucionarios, aunque pienso que aún lo son.
Mujeres que
empezaron a escribir en el papel, lo hacían contando sus vivencias, eran esos
diarios con imaginaciones o pasadas que les daba la vida. Anhelos y sueños
reunidos. Algunas por temor ocultaron su nombre en seudónimos masculinos o
tuvieron que cortarse el cabello y pasar desapercibidas. Tenemos muchas
historias de mujeres, incluso, la primera mujer de la que hablan en la historia
es castigada por mentirosa. Para cada una de ellas que cuenta su historia merece ser
leída. También en la actualidad algunas mujeres tienen otras ocupaciones, están
en otros ámbitos, no como escritoras, pero sus historias son inspiración para
la creación de novelas, biografías, o personajes. A través de su carácter, personalidad
o actos podemos inspirarnos para hacer con ellas los personajes de alguna
narración. Las mujeres en la historia poco a poco han ido ocupando el papel que
se merecen tener, sin estar detrás de algo o de alguien.
Gracias a cada
mujer valiente que se atreve a ser mejor para ella misma y que con sus actos
nos hacen mejores a todos como sociedad.
A las mujeres que escriben y leen, gracias por regalarnos historias y transmitirlas de generación en generación. Este mes estaré compartiendo con ustedes lecturas de mujeres que escriben y dejan sus obras al alcance de todos nosotros. Incluiré las de mi gusto y amor personal. También las y los invitamos a que nos compartan sus lecturas de escritoras que han dejado una huella imborrable. Los estaremos leyendo.
Lectura número 1
La Sociedad Literaria
y del Pastel de Piel de Patata de
Guernsey
Novela escrita
por Mary Ann Shaffer y Annie Barrows
Esta novela es
presentada a través de correspondencias entre la escritora Juliet Ashton, su
amigo y editor Sidney y su amiga Sophie, después llega un personaje importante
a esta historia, es a través de él que nuestra querida Juliet conoce a la
Sociedad Literaria. Dawsey Adams encuentra un libro que pertenecía a Juliet, él
decide enviarle una carta y contarle un poco de su vida, cómo encontró el libro
y qué fue lo que lo animó a escribir aquella carta. Más adelante decide
presentarle a todos los miembros y cada uno le envía cartas. Ella muy animada
viaja hasta la isla de Guernsey, ahí conoce personalmente a todos y en su día a
día aprende nuevos modos y unen lazos de amistad.
En esta
encantadora historia de amistad, amor y literatura,
nos narran cómo es que los libros ayudaron a esos habitantes a sobrevivir los
estragos de la guerra, con sus duras batallas y sus días de hambre y miseria
pudieron salir adelante y los pocos libros que ahí tenían fueron partícipes de
su carácter y su modo de vida. Cómo es que los libros les salvaron la vida.
Si te gustaría saber cómo fue que se formó esta hermosa sociedad, te invito a que leas esta historia que, con amor y dedicación, Mary Ann Shaffer comenzó a escribir y por cuestiones de salud Annie Barrows terminó la edición, haciendo de ésta, todavía más maravillosa. Además, para ser miembro de esta sociedad literaria tienes que cumplir con algunos requisitos, ¿quieres saber cuáles?
Elegí esta novela porque además de la historia de amor hacia los libros, la escritora nos cuenta a través de Juliet Ashton, algunos de los problemas con los que en ese tiempo se enfrentaban las escritoras, la personalidad y el carácter, el modo de llevar a cabo sus investigaciones y su escritura. Es, sin duda, uno de mis libros favoritos y de escritoras que me han dado una historia que recomendaré a todo aquel que se interese por la lectura.
Con amor, Pym.
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