EL UNIVERSO: LA ESQUINA DEL ALMA.
EN BLANCO.
“Y los rincones del tiempo se vuelven de agua
para eternizar al presente,
para romperle lo usual de los días,
porque nuestro amor surge
lo mismo en el dolor
que en la bienaventuranza,
para siempre.”
Alejandro
Volta.
Cuando
aprendes a leer, al mismo tiempo comienzas a sentir.
Ver
los nombres de los autores en la portada de los libros te lleva a imaginar un
poco las personalidades que encierran
esas letras, pero, ¿cómo es la vida de un poeta? Tenemos muchos ejemplos, la
mayoría son leídos a través de biografías póstumas o como Carson McCullers en Iluminación y fulgor nocturno, en vida
pudo escribir aquello que quería que todos supiéramos. Aunque también mencionan
que la propia obra es la biografía del autor. Me hubiera gustado tener como
amigas y amigos aquellos que ya no están y no estuve en su tiempo para
conocerlos. Pero hoy despierto y tengo como amigas y amigos escritores y poetas
que creen en la palabra, en el lenguaje, en los sentimientos y me siento
afortunada.
Ha
llegado a mis manos un libro que describe el alma a través del universo,
aquello que guarda el universo entre el tiempo y lo cotidiano, el amor que está
en otro tiempo y que es infinito como solo el amor puede y sabe. Este libro es
una declaración de amor, el que nace del alma, desde el yo y después se exterioriza a través de los átomos y de las
partículas y encuentra su estancia, allá
afuera, en otro sitio, pero que también es nuestro sitio con aquella persona, como una carta, el poeta escribe para
convertirse En la esquina del alma.
No
se puede describir el poema, pero podemos sentirlo, tal vez esa sea una forma
silenciosa de expresar aquello que no se puede con más palabras porque las
primeras palabras en el poema ya están dichas, no hay que decir más, solo
sentirlas. Tal vez así es el amor, en el quehacer de silencios nacen las
miradas, aquello que se vuelve eterno y que no se quiere dejar escapar, lo
tangible desde la piel, hasta lo que se evoca en la memoria o se guarda en el
alma.
Algunos
dedican canciones, otros dedican poemas y libros. Entre lectores nos
enternecemos, hay poesía que recuerda lo efímero que es nuestro paso por la
tierra y otros que lo hacen más duradero, la poesía de Alejandro Volta es lo
segundo.
Entre
las texturas de ciencia y poesía, nuevamente llega a nosotros un libro que une
las dos partes que parecen ser opuestas pero una vez unidas podemos ver cómo se
complementan.
En la esquina del alma llega a la columna en esta ocasión para
darnos un abrazo de eternidad, y que solo podría compartirlo con ustedes, mis
queridos lectores.
PARTÍCULAS DEL PENSAMIENTO
El tiempo pasa diferente,
lo entiendo de otras formas,
ya no es necesario
acomodar calendarios,
ni teorizar demasiado
sobre su cotidianidad.
Reinvento el polvo de mis entrañas
y de la memoria
para alcanzar un nuevo punto de partida.
Vivo en periodos
que desconozco,
que perdí
en la tormenta previa
al claro sol.
Abrazo la tarde
como lo hago contigo,
y el vértigo de lo triste
parece disolverse en la mirada,
en el camino que se torna venidero.
La caída de la noche
ya no repica en la ciudad,
tiene partículas eléctricas
que iluminan el sendero
que guía y reconfigura
la recalcitrante soledad
de mi pecho.
Tiendo al pensamiento
en la calidez de tu recuerdo
para dormir en la luna de tus labios,
dejo que se descoloque
nuevamente el centro
del tiempo,
con la promesa
de siempre
volver a comenzar.
EN LAS CALLES DE LA
MEMORIA
I
Figura triste,
extraviada en las calles de la memoria
que llegan al mismo punto de inicio,
al adiós atolondrado en la faringe,
a la iteración acumulada en las manos,
al vértigo que nace en la caída expuesta
en la nada,
al lamentadero por quedar sola.
II
¿En qué rumbo trompicó
justo cuando parecía perdida
en el sacramento de esos ojos?
Si a bien hubo llegado en el momento
preciso,
cuando ni su sombra, ni tú lo pedían,
y a puro sentimiento
el infinito de sus labios vertió la
palabra universo
en la médula del soy.
Rebosante entre la premura
de quien no sabe a dónde va o de dónde
viene,
de quien no sabe que el sentir
se le extravió por los años
en la herida expuesta al abandono,
de quien no sabe si regresó al barro
o a ser puro llanto envuelto en
polvareda,
de quien no sabe que la salvaguarda
de lo oscuro, se encuentra
en la tranquilidad que su llegar
ocasiona.
AL BORDE DE LA MEMORIA
En la lucidez de las palabras,
te encuentro para abatir
los días hoscos,
para que en el borde de la memoria
regreses a mí,
a este instante,
a estas letras,
a este amor atemporal,
pues temo que mis pasos
se oscurezcan con los años.
Por ello, quiero este
poema
para que lo leas cuando no
esté a tu lado,
para decirte que mi amor
es más que palabras,
es huella de tiempo en la sangre,
bálsamo al sol negro en las entrañas,
marea que revuelca la tempestad.
Deja que hilvane en el camino
La incandescencia que provocas al
mirarme,
que recuerde la estática que emana de tu
cuerpo,
que la estratosfera absorba el sonido ce
tu voz
y se aloje impoluta en mi sien.
Permite que mis neuronas se vuelvan
tinta,
que mi piel se transforme en madera,
que las palabras sean el viento de tu
murmullo
y pueda vivir perpetuo en tu sonrisa.
Comentarios
Publicar un comentario