MUJERES. Libro 2.
EN BLANCO.
Libro
número 2
Cartucho,
Relatos de la lucha en el Norte de México
Por: Nellie Campobello
María Francisca Moya
Luna, una mujer que se atreve a contarnos lo que otros no pudieron o no se
atrevieron, tal vez por eso tuvo que esconder su nombre y cambiarlos de forma
constante, hoy la conocemos como Nellie Campobello.
Las ficciones con las
que Nellie Campobello pobló su vida tuvieron orígenes que aún nadie ha indagado
ni interpretado. Ella dio datos contradictorios o simplemente falsos sobre su vida,
se cambió de nombre y utilizó el verdadero ¡para disfrazarse!, mantuvo durante
muchos años una relación amorosa al mismo tiempo pública y secreta. Todas estas
máscaras fueron, entre otras razones, una estrategia de sobrevivencia en el
mundo despiadadamente patriarcal de la sociedad, la política y la cultura
mexicanas. Fueron muchas otras que apenas si vislumbramos. (Campobello, 2019,p.167)
En estos relatos de
muerte y revolución hay historias de momentos trágicos. Nellie Campobello, con sus
palabras y su escritura, relata personajes con características peculiares; es a
través de una conversación entre el lector y una Nellie niña, como nos
enteramos de Los hombres del Norte, entre
ellos Cartucho, quien murió buscando
lo que quería, pues había sido cartucho a causa de una mujer. O Doña Magdalena,
la que usaba sus anteojos para poder leer y le lloraba todos los días a El Kirilí, porque su cuerpo se quedó
enfriando en el agua. Pero aquí va otro, Agustín
García quería robarse a Irene que tenía como catorce años, fue gracias a
doña Rosita y a la mamá de Nellie que nomás no pudo, escondiéndola. No había
forma, en esos tiempos y también en los nuestros.
Le
contaron a mamá y luego ella me contó a mí, en otros casos, ella lo había visto.
Pero entre Los Fusilados hubo una
fusilada, de ella, el pueblo contó una historia, que fusiló a su enamorado y
después a ella la fusilaron, Nacha
Cisneros vivía, coronela de la revolución;
Nacha Cisneros domaba
potros y montaba a caballo mejor que muchos hombres; era lo que se dice una
muchacha del campo, pero al estilo de la sierra; podía realizar con destreza
increíble todo lo que un hombre puede hacer con su fuerza varonil. Se fue a la
revolución porqué los esbirros de don Porfirio Díaz le habían asesinado a su
padre. Pudo haberse casado con uno de los más prominentes jefes villistas, pudo
haber sido de las mujeres más famosas de la revolución, pero Nacha Cisneros se
volvió tranquilamente a su hogar deshecho y se puso a rehacer los muros y tapar
las claraboyas de donde habían salido miles de balas contra los carrancistas
asesinos. […] ¡Viva Nacha Cisneros, coronela de la revolución! (Campobello, 2019,p.70)
A
través de los personajes que vuelve a darles vida, conocemos de la situación
que se vivía en el Norte de México, en el estado de Chihuahua, entre los años
de 1916 y 1920. Tal vez por la vida que tuvo, de la que poco se sabe, hasta
algunos años no se le ha dado el reconocimiento que se merece, tanto así, que algunos
comentan que, gracias a este libro, se pudo escribir Pedro Páramo.
Los relatos de Nellie, su voz y su estilo no deben quedarse guardados por más tiempo, fue hasta apenas hace unos meses que me enteré de su existencia y del anonimato en que vivió; ella escribió de sus memorias, aquellas que honramos por haberlas vivido y haberse atrevido a escribirlas. En Las mujeres del Norte, hay muchas voces, como portadoras de los relatos, ellas vieron y vivieron, las que también fueron parte.
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